viernes, 27 de septiembre de 2013

Vía libre para probar en pacientes células madre contra el párkinson

Un experimento japonés con macacos descarta el rechazo inmunológico y se ensayará en humanos en dos años

No se trata aún de aliviar los síntomas

 

 
La gran promesa de la emergente medicina regenerativa es convertir las células madre derivadas de un paciente en tejidos que se le puedan trasplantar para tratar su enfermedad. La idea supera hoy una prueba crucial con la demostración, por científicos japoneses, de que las neuronas dopaminérgicas –cuya destrucción causa el párkinson— derivadas de células madre pueden trasplantarse al cerebro de los primates sin apenas rechazo inmunológico. Esto despeja el camino hasta el punto de que los ensayos clínicos con pacientes humanos de párkinson empezarán en dos años, según el responsable de la investigación.

“Nosotros, y también otros laboratorios en Estados Unidos y Europa, estamos proyectando un ensayo clínico con pacientes de párkinson”, dice a EL PAÍS Jun Takahashi, investigador principal del Centro para la Investigación y Aplicación de las Células iPS, en Kioto. “Calculo que el ensayo empezará en un par de años”. Takahashi es el coordinador del trabajo presentado en Stem Cell Reports. Otro de los firmantes es su jefe en Kioto, Shinya Yamanaka, último premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de las células iPS,

En ensayos previos la respuesta inmunitaria arruinaba el trabajo
Las células iPS (induced pluripotent stem cells, o células madre de pluripotencia inducida) son la gran promesa de la investigación biomédica. Son unas células madre tan versátiles como las embrionarias -capaces de convertirse en cualquier tejido y órgano del cuerpo-, pero que se obtienen reprogramando, o retrasando el reloj de simples células de la piel u otro tejido del paciente. No solo eluden el uso de embriones humanos, sino que además son genéticamente idénticas al paciente. Los trasplantes derivados de ellas no deberían, por tanto, generar rechazo inmunológico.
Pero las predicciones más razonables fallan a menudo en biología. En los últimos dos años, algunos experimentos con ratones habían arrojado un jarro de agua helada sobre esas expectativas. Varios tipos de trasplantes derivados de células madre iPS indujeron una fuerte respuesta inmunológica en el ratón receptor, pese a que el trasplante procedía de un ratón genéticamente idéntico a él. Por alguna razón que sigue sin estar del todo clara, las células iPS parecen generar rechazo en esos sufridos roedores de laboratorio.

Takahashi, Yamanaka y sus colegas muestran ahora que, pese a todas esas prevenciones, el proceso funciona en primates no humanos. Han utilizado ocho macacos (Macaca fascicularis) criados para este propósito, les han extraído unas pocas células de la piel o de la sangre y les han retrasado el reloj para convertirlas en células madre iPS. Esta es la receta por la que Yamanaka ganó el Nobel, basada en solo cuatro factores de transcripción, o genes que regulan a otros genes.

La falta de dopamina causa la enfermedad, y las células creadas lo solucionan

Después han usado un protocolo –a base de factores de diferenciación y otras moléculas con actividad biológica— que, paso a paso, va convirtiendo (o diferenciando, en la jerga) a las células madre iPS primero en precursores de las neuronas, luego en neuronas y por último en neuronas dopaminérgicas, esto es, productoras del neurotransmisor dopamina. La destrucción de este tipo de neuronas en una parte del cerebro (la sustancia negra), y el consiguiente déficit de dopamina en los circuitos cerebrales normalmente alimentados por ellas, es la causa directa del párkinson.

Los científicos japoneses han trasplantado esas neuronas a los mismos ocho macacos de los que habían partido, pero en dos tipos de condiciones: trasplantes autólogos (al mismo mono del que provenían las células iPS) o heterólogos (a otro mono distinto). El trabajo está diseñado cuidadosamente para examinar la cuestión crucial del rechazo. Y el resultado es un fuerte rechazo inmunológico en los trasplantes heterólogos; y uno muy débil en los trasplantes autólogos. Es la mejor noticia que podía esperar el sector –y el Nobel Yamanaka— tras el último año de depresión por los experimentos con ratones.

El experimento no aborda si las neuronas dopaminérgicas trasplantadas a los macacos pueden o no aliviar los síntomas del párkinson: los monos no tenían párkinson y no había por tanto nada que aliviar. Lo que sí es específico del párkinson es el tipo de neuronas producidas y el lugar del cerebro en el que deberían ser trasplantadas si los pacientes fueran humanos. Los autores han utilizado seis inyecciones en el cuerpo estriado izquierdo del cerebro, cada una con 800.000 neuronas.
Los animales del estudio estaban sanos, por lo que no hay evidencia médica

Takahashi considera que sus resultados ofrecen “una lógica para empezar a probar los trasplantes autólogos en situaciones clínicas, al menos con células neuronales”. También piensa que el trasplante de neuronas derivadas de células iPS al mismo paciente del que fueron obtenidas, o incluso a otro paciente que case con él inmunológicamente –como se hace ahora con los trasplantes de médula— puede ser posible sin necesidad de utilizar fármacos inmunosupresores. La respuesta inmunológica no es nula, pero sí lo bastante baja para que las células trasplantadas sobrevivan a largo plazo.
Los científicos esperan que las células madre sirvan también algún día para tratar la diabetes, la artritis, las dolencias cardiacas, las lesiones medulares y muchas otras enfermedades hoy incurables. El párkinson, sin embargo, parece ir en cabeza por el momento.

Medicina regenerativa acelera la cura


La medicina regenerativa es un concepto que para muchas personas mayores podrá parecer ficción, pero que actualmente es especialidad en muchas universidades alrededor del mundo. La medicina regenerativa tiene como propósito acelerar el proceso del ritmo de saneamiento del nuestro cuerpo, en una escala de tiempo clínicamente relevante de acuerdo a la descripción del investigador estadounidense, Alan Russell.

Los sistemas de salud alrededor del mundo han empezado a tener problemas para cubrir la demanda de sus servicios y prevén mayor número en un futuro cercano, debido al incremento de la población de adultos mayores. Un área de importancia en este tipo de medicina, es la terapia celular, misma que basa su funcionamiento en la ingeniería de tejidos y la administración de elementos subcelulares, para reemplazar células dañadas por células sanas a través de diversos procesos, publica el portal de medicina cubano Imbiomed.

Debemos tomar en cuenta que las células en nuestro cuerpo continuamente se renuevan en procesos naturales, las células de tu piel viven aproximadamente 7 días y el cuerpo las remplaza con nuevas células. Todas las células de nuestro esqueleto son totalmente regeneradas en aproximadamente 7 años. Lo que la medicina moderna desea descifrar, es como los proceso regenerativos del cuerpo pueden ser imitado para curar enfermedades que requieren de estos sistemas.

Entre las enfermedades en las que se podría avanzar significativamente gracias a esta especialidad médica, están las cardiovasculares, las arteriopatías periféricas, enfermedades neurológicas degenerativas, diabetes mellitus, lesiones óseas, de córnea, entre muchas otras.

 

Destino de las células


De acuerdo a la investigación de la UNAM, Degeneración y Regeneración Tisular: de la Embriogénesis a la Medicina Regenerativa, existen tres destinos comunes de una célula en desarrollo. En respuesta a señales que la rodean en un momento específico, ésta puede responder muriendo, proliferando o diferenciando, dependiendo de su interacción con otras células, con la matriz extracelular y por sus factores de crecimiento.

Las llamadas células troncales del embrión o fetales, son células indiferenciadas,es decir, que no tienen una especialización específica a células responsables del funcionamiento de tejidos u órganos. Tienen la capacidad de renovarse a sí mismas y pueden ayudar en la regeneración de otros tejidos.

Es a través del proceso de diferenciación, que dichas células pueden convertirse en células especializadas, que pueden ser desde neuronas hasta células musculares. Estás células también son popularmente conocidas como células madre, gracias a su alta capacidad de diferenciación.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

"Es un punto de no retorno en lo relativo a medicina regenerativa con base en células madre"

  • Regeneración ósea o pancreática son algunas de las líneas de investigación que se están abriendo en terapias con células madre

  • Cada día que pasa, la criopreservación de diferentes tejidos se muestra con más fuerza como un seguro de vida

  • José Antonio López explica, en esta entrevista auspiciada por Vidaplus, que "llegará el día en que sea factible y prácticamente rutinario disponer de tejido autólogo procedente de la grasa"

     

    José Antonio López es profesor titular de Microbiología en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, investigador y director del Departamento de Cultura Científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO).
    ¿Cómo explicaría a un niño de seis años qué es una célula madre?
    Si el niño es de seis años le explicaría que las células madre son muy buenas y muy necesarias y que todo su cuerpo procede de una sola célula madre. Y le explicaría que las células madre son las que hacen que cuando tenga una herida, esa herida pueda curarse.

    ¿Cómo mejoran nuestra calidad de vida las terapias con células madre?
    Llevamos dos décadas utilizando células pluripotentes para trasplantes de médula ósea.  Poco a poco se va abriendo, gracias a la investigación, el abanico de nuevas terapias como, por ejemplo, la regeneración ósea. Y ya se habla de una futura regeneración pancreática para pacientes con diabetes.

    ¿Cómo se criopreserva, por ejemplo, la sangre de cordón umbilical?
    El concepto de criopreservación de células derivadas de sangre de cordón umbilical está altamente estandarizado en cualquier laboratorio.

    ¿De cuánto tiempo se dispone?
    El tiempo del que se dispone entre que se extraen las células del cordón umbilical hasta que están criopreservadas tiene que ser el menor posible. 24 horas sería óptimo y, a partir de ahí, no debería de superar las 36 horas.

    ¿Qué riesgos existen para la madre o para el niño retirar este tejido para su criopreservación?
    La criopreservación de las células derivadas de la sangre del cordón umbilical es completamente inocuo para el recién nacido y para la madre.
    El único peligro es que se obtenga una baja cantidad de células. Pero si el niño ya ha nacido no ha ningún problema y el cordón forma parte de todo el tejido que se descarta. No hay ningún riesgo. Es absolutamente inocuo, indoloro.

    ¿Recientes investigaciones en torno a la expansión celular podrían acabar con el problema relacionado con la baja cantidad de células?
    Así es. Un grupo internacional, coordinado por Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares, acaba de publicar varios artículo en los que cuentan que pueden expandir células madre derivadas de la sangre de cordón umbilical. Es una gran noticia porque era uno de los temas más limitantes de la biomedicina regenerativa.
    Además, estas células de la sangre de cordón umbilical eran escasas para cualquier adulto que las necesitara. Por tanto, el proceso de expansión celular es un  hito importante que poco a poco se está estandarizando.
    Es un punto de no retorno en lo relativo a medicina regenerativa con base en células madre para no tan futuras terapias.


    ¿Recomendaría a un amigo que criopreserve sangre del cordón umbilical cuando nazcan sus hijos?
    Si mi amigo puede permitírselo y puede apostar por ello como proyecto de futuro, sí se lo recomendaría. Pero además le diría a mi amigo que “ojala sea el dinero peor invertido de tu vida y nunca, nunca tengas que usarlo”.

    ¿Cómo fomentar la criopreservación de tejidos como la sangre de cordón umbilical?
    Lo dijo Carlos Martínez, que fue presidente del CSIC, que tendría que ser obligatorio que todo niño recién nacido tuviera que guardar su cordón umbilical o, al menos, tuviera la posibilidad de hacerlo.
    Yo iría más allá. Llegará el día en que sea factible y prácticamente rutinario disponer de tejido autólogo (tejido uno mismo) procedente de la grasa. La liposucción está a la orden del día y cada día son más las empresas que ofrecen el dos por uno: te quito unos kilitos y de paso criopreservamos células del tejido adiposo que en un momento determinado te puede ayudar.  
    Poco a poco, hay más opciones, con las que en un futuro, quien más o quien menos, pueda disponer de células pluripotentes propias a buen recaudo.

    No corren buenos tiempos para la investigación. Quizá sea el momento de decirle a la sociedad por qué tenemos que seguir apostando por la investigación con células madre.
    Ángel Gabilondo, ex Ministro de Educación, rector en la UAM y mi mentor, cuando me ofreció dirigir la Unidad de Cultura Científica de la UAM, me comentaba que en época de crisis es la investigación y la comunicación social de esa investigación el único motor capaz de sacar a un país de la crisis.

    Sino apostamos en investigación, si no apostamos en innovación estamos condenados a seguir aquellas palabras irónicas de Unamuno de “que inventen ellos”. Lo dijo en un contexto de ironía que perfectamente podría trasladarse a la época actual.

     

viernes, 6 de septiembre de 2013

El trasplante de médula ósea y el trasplante de células madre de sangre periférica

El trasplante de médula ósea y el trasplante de células madre de sangre periférica

¿Qué son la médula ósea y las células madre hematopoyéticas?
La médula ósea es un material blando parecido a una esponja que se encuentra en el interior de los huesos. La médula ósea contiene células inmaduras llamadas células madre hematopoyéticas que son las células madre que forman la sangre. (Las células madre hematopoyéticas no son como las células madre embrionarias, las cuales se pueden convertir en cualquier tipo de célula del cuerpo). Las células madre hematopoyéticas se dividen para crear más células madre que forman la sangre, o se transforman en una de estas tres clases de células sanguíneas: glóbulos blancos que luchan contra la infección; glóbulos rojos que transportan el oxígeno, o plaquetas que ayudan la sangre a coagularse. La mayor parte de las células madre hematopoyéticas se encuentran en la médula ósea, pero algunas células, las células madre de sangre periférica (PBSC), se encuentran en el torrente sanguíneo. La sangre en el cordón umbilical también contiene células madre hematopoyéticas. Las células que provienen de cualquiera de estas fuentes se pueden utilizar para realizar trasplantes.
¿Qué son el trasplante de médula ósea y el trasplante de células madre de sangre periférica?
El trasplante de médula ósea (BMT) y el trasplante de células madre de sangre periférica (PBSCT) son procedimientos que restauran las células madre que se destruyeron a causa de una dosis alta de quimioterapia o radioterapia. Existen tres tipos de trasplantes:
* En un trasplante autólogo, los pacientes reciben sus propias células madre.
* En un trasplante singénico, los pacientes reciben las células madre de su gemelo idéntico.
* En un trasplante alogénico, los pacientes reciben las células madre de su hermano, hermana, padre o madre. Una persona que no es un familiar del paciente (un donante no emparentado) también puede aportar las células madre.
¿Por qué se utilizan el BMT y el PBSCT en el tratamiento de cáncer?
Una razón por la cual los BMT y PBSCT se utilizan en el tratamiento de cáncer es que permiten que los pacientes reciban dosis muy altas de quimioterapia o radioterapia. Para lograr un mayor entendimiento de por qué se utilizan los BMT y PBSCT, es útil entender cómo funcionan la quimioterapia y la radioterapia.
La quimioterapia y la radioterapia afectan, por lo general, las células que se dividen rápidamente. Este tipo de terapia se utiliza para tratar el cáncer porque las células cancerosas se dividen con mayor frecuencia que la mayoría de las células sanas. Sin embargo, dado que las células de médula ósea también se dividen a menudo, los tratamientos de dosis alta pueden dañar gravemente o hasta destruir la médula ósea del paciente. Sin una médula ósea sana, el paciente ya no podrá crear más células sanguíneas, las cuales se necesitan para transportar oxígeno, luchar contra la infección y evitar las hemorragias. Los trasplantes de médula ósea y de células madre de sangre periférica reemplazan las células madre que se destruyen con el tratamiento. Cuando las células madre sanas se trasplantan, pueden restaurar la capacidad de la médula ósea de producir las células sanguíneas que el paciente necesita.
En algunos tipos de leucemia, el efecto injerto contra tumor (GVT) que ocurre tras el BMT o PBSCT alogénico es crítico para la efectividad del tratamiento. El GVT ocurre cuando los glóbulos blancos del donante (injerto) identifican como foráneas las células cancerosas que permanecieron en el cuerpo del paciente después de la quimioterapia o la radioterapia (tumor), y las atacan.
¿Qué tipos de cáncer se tratan con el BMT y el PBSCT?
El BMT y el PBSCT se utilizan, por lo general, para tratar la leucemia y el linfoma. Estos trasplantes son más efectivos cuando la leucemia o el linfoma están en remisión (cuando los signos y los síntomas del cáncer han desaparecido). El BMT y el PBSCT también se utilizan para tratar otros cánceres como el neuroblastoma, cáncer que surge en las neuronas inmaduras y que afecta primariamente a niños e infantes, y el mieloma múltiple. Los investigadores están evaluando los BMT y PBSCT en estudios clínicos (investigaciones) para el tratamiento de varios tipos de cáncer.
¿Cómo se comprueba la compatibilidad de las células madre del donante con las del paciente en el trasplante alogénico o en el singénico?
Con el fin de minimizar los posibles efectos secundarios, los médicos trasplantan con más frecuencia células madre que son más compatibles con las del paciente. Cada persona tiene un complejo distinto de proteínas llamadas antígenos del grupo leucocitario humano A (HLA) en la superficie de las células. Este complejo de proteínas, llamado el tipo HLA, se identifica con un análisis especial de sangre.
En la mayoría de los casos, cuanto más compatibles son los antígenos HLA de las células madre del donante con los de las células madre del paciente, más exitoso es el trasplante alogénico. En cuanto mayor sea el número de antígenos HLA que son compatibles, mayor será la posibilidad de que el cuerpo del paciente acepte las células madre del donante. Por lo general, es menos probable que los pacientes padezcan la complicación conocida como enfermedad de injerto contra huésped (GVHD) si se comprueba correctamente la compatibilidad de las células madre del donante con las del paciente. La GVHD se explica con más detalle en la pregunta 14.
Es más probable que sean compatibles los HLA del paciente con los de sus parientes cercanos, especialmente con los HLA de sus hermanos y hermanas, que con los HLA de personas no emparentadas. Sin embargo, sólo de un 25 a un 35 por ciento de los pacientes tienen un hermano o una hermana con HLA compatibles. La probabilidad de obtener células madre con HLA compatibles de un donante no emparentado es un poco mejor, aproximadamente el 50 por ciento. Entre los donantes no emparentados, la probabilidad de encontrar HLA compatibles mejora considerablemente si el donante y el paciente tienen los mismos antecedentes étnicos y raciales. Aunque el número de donantes está aumentando en general, hay individuos de ciertos grupos étnicos y raciales que tienen todavía menos probabilidad de encontrar un donante compatible. Los registros extensos de donantes voluntarios pueden ser útiles para encontrar a un donante no emparentado adecuado (vea la pregunta 18).
Puesto que los gemelos idénticos tienen los mismos genes, ellos tienen también el mismo complejo de antígenos HLA. Por esta razón, el cuerpo del paciente aceptará un trasplante de un gemelo idéntico. Sin embargo, los gemelos idénticos representan un número pequeño de todos los nacimientos, por lo que los trasplantes singénicos son poco comunes.
¿Cómo se obtiene la médula ósea para el trasplante?
Las células madre utilizadas en los BMT provienen del centro líquido de los huesos llamado médula. Por lo general, el procedimiento que se lleva a cabo para obtener la médula ósea, “la recolección”, es similar para los tres tipos de BMT (autólogo, singénico y alogénico). El donante recibe anestesia general, que adormece a la persona durante el procedimiento entero, o anestesia regional, que solamente adormece la región del cuerpo abajo de la cintura. Se insertan unas agujas en la piel en el área más arriba del hueso pélvico (hueso de la cadera) o, en raros casos, el esternón (el hueso del pecho) hasta llegar a la médula ósea para extraerla del hueso. La recolección de la médula toma alrededor de una hora.
La médula ósea que se recolecta, se procesa para extraer la sangre y los fragmentos de hueso. La médula ósea recolectada se puede combinar con un preservativo y congelarse para mantener las células madre vivas hasta cuando se necesiten. Esta técnica se llama criopreservación. Las células madre se pueden criopreservar por muchos años.
¿Cómo se obtienen las células madre de sangre periférica para el trasplante?
Las células madre de sangre periférica utilizadas en los trasplantes provienen del torrente sanguíneo. Un procedimiento llamado aféresis o leucoféresis se realiza para recolectar las PBSC para el trasplante. Cuatro o cinco días antes de la aféresis, se administra al donante un medicamento para incrementar el número de células madre que se liberan hacia el torrente sanguíneo. Durante la aféresis, se extrae la sangre por una vena principal del brazo o por un catéter venoso central (un tubo flexible que se coloca en una vena principal del cuello, pecho o ingle). La sangre pasa por una máquina que separa las células madre. La sangre que queda se regresa al donante y las células recolectadas se guardan. La aféresis se toma, por lo general, de 4 a 6 horas. Las células madre se congelan entonces hasta que se den al receptor.
¿Cómo se obtienen las células madre del cordón umbilical para usarse en trasplantes?
Las células madre también se pueden obtener de la sangre del cordón umbilical. Para hacer esto, la madre debe comunicarse con un banco de sangre de cordón umbilical antes de que nazca el bebé. Es posible que el banco de sangre pida a la madre que conteste un cuestionario y que dé una muestra pequeña de sangre.
Hay bancos de sangre de cordón umbilical públicos y para negocio. Los bancos públicos aceptan donaciones de sangre de cordón umbilical y pueden ofrecer las células madre que han sido donadas a otra persona compatible en su red. Por el contrario, los bancos para negocio almacenan la sangre del cordón para la familia, en caso de que se necesite en el futuro para el niño o para un familiar.
Después de haber nacido el bebé y de haber cortado el cordón umbilical, se recoge la sangre del cordón umbilical y de la placenta. Este proceso representa muy pocos riesgos para la salud de la madre o del niño. Si la madre da su consentimiento, la sangre del cordón umbilical se procesa y se congela para almacenarse en el banco de sangre. Sólo se puede extraer una cantidad pequeña de sangre del cordón umbilical y de la placenta y, por lo tanto, las células madre recolectadas se usan principalmente en niños o jóvenes.
¿Hay riesgos asociados con la donación de médula ósea?
Ya que sólo se extrae una cantidad pequeña de la médula ósea, donar, por lo general, no representa problemas importantes para el donante. El riesgo más serio que representa donar médula ósea está relacionado con el uso de anestesia durante el procedimiento.
Es posible que el área de donde se extrajo la médula ósea se sienta entumecida o adolorida por algunos días, y que el donante se sienta cansado. En unas cuantas semanas, el cuerpo del donante reemplaza la médula ósea donada; pero el tiempo necesario para que el donante se recupere varía. Algunas personas regresan a su rutina en 2 o 3 días, mientras que otras se llevan de 3 a 4 semanas para recuperarse por completo.
¿Hay riesgos asociados con la donación de PBSC?
La aféresis casi siempre causa muy poca molestia. Durante la aféresis, la persona puede tener mareos, escalofríos, entumecimiento en los labios o calambres en las manos. A diferencia de la donación de médula ósea, la donación de PBSC no requiere anestesia. El medicamento que se administra para estimular que la médula libere un mayor número de células madre hacia el torrente sanguíneo puede causar dolores musculares y de los huesos, dolores de cabeza, fatiga, nausea, vómitos o dificultad al dormir. Estos efectos secundarios dejan de presentarse 2 o 3 días después de que se administra la última dosis del medicamento.
¿Cómo recibe el paciente las células madre durante el trasplante?
Después de realizar el tratamiento con medicamentos anticancerosos de dosis alta o con radiación, el paciente recibe las células madre por una línea intravenosa (IV), así como se realiza una transfusión de sangre. Esta parte del trasplante se lleva de 1 a 5 horas.
¿Se toman medidas especiales si el paciente con cáncer es también el donante (trasplante autólogo)?
Las células madre utilizadas para el trasplante autólogo deben estar relativamente libres de células cancerosas. A veces, para eliminar las células cancerosas, las células recolectadas se tratan también antes de ser trasplantadas en un proceso de purgación. Este proceso remueve algunas de las células cancerosas que se encuentran entre las células recolectadas y minimiza la probabilidad de que el cáncer regrese. Ya que la purgación puede dañar algunas células madre sanas, se obtienen más células del paciente antes del trasplante para tener una cantidad suficiente de células madre sanas después de la purgación.
¿Qué pasa después de que se trasplantan las células madre en el paciente?
Después de entrar en el torrente sanguíneo, las células madre viajan a la médula ósea, donde empiezan a producir nuevos glóbulos blancos, rojos y plaquetas en un proceso llamado “de prendimiento.” El prendimiento de las células casi siempre tiene lugar 2 a 4 semanas después del trasplante. Los doctores vigilan el proceso tomando recuentos sanguíneos frecuentes. Sin embargo, la recuperación completa de la función inmune toma más tiempo; hasta varios meses para los pacientes que se sometieron a un trasplante autólogo y 1 a 2 años para los pacientes que se sometieron a un trasplante alogénico o singénico. Los doctores evalúan los resultados de varias pruebas de sangre para confirmar que se estén produciendo nuevas células sanguíneas y que el cáncer no haya regresado. La aspiración de médula ósea (extracción de una muestra pequeña de médula ósea con una aguja para que se examine al microscopio) también ayuda a los doctores a determinar cómo está funcionando la nueva médula ósea.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del BMT y del PBSCT?
El riesgo mayor de ambos tratamientos es una mayor susceptibilidad a la infección y hemorragia por el tratamiento anticanceroso de dosis alta. Los doctores pueden recetar al paciente antibióticos para evitar o tratar la infección. También pueden dar al paciente transfusiones de plaquetas para evitar la hemorragia y de glóbulos rojos para tratar la anemia. Los pacientes que reciben un BMT o PBSCT pueden tener efectos secundarios a corto plazo como nauseas, vómitos, fatiga, pérdida del apetito, llagas en la boca, pérdida del pelo y reacciones de la piel.
Los riesgos potenciales a largo plazo incluyen las complicaciones de la quimioterapia o la radioterapia que se realizó antes del trasplante. Estos riesgos incluyen la infertilidad (incapacidad para tener hijos), cataratas (nebulosidad del lente del ojo, lo cual causa la pérdida de la vista), cánceres secundarios (nuevos) y daño al hígado, riñones, pulmones o corazón.
Cuando se realizan los trasplantes alogénicos, surge a veces la enfermedad injerto contra huésped (GVHD). La GVHD ocurre cuando los glóbulos blancos del donante (injerto) identifican las células en el cuerpo del paciente (el huésped) como foráneas y las atacan. Los órganos más afectados incluyen la piel, el hígado y el intestino. Esta complicación puede surgir en las primeras semanas tras el trasplante (GVHD aguda) o mucho más tarde (GVHD crónica). Para evitar esta complicación, el paciente recibe medicamentos para suprimir el sistema inmune. Además, se tratan las células madre del donante para remover los glóbulos blancos que causan la GVHD en un proceso llamado “depleción de células T.” Si surge la GVHD, puede ser un problema muy grave que se trata con esteroides o con otros agentes inmunosupresores. Tratar la GVHD puede ser difícil, pero en algunas investigaciones se ha sugerido que es menos probable que reaparezca el cáncer en los pacientes con leucemia que padecen la GVHD. Se están realizando estudios clínicos para encontrar las distintas maneras de evitar y tratar la GVHD.
La probabilidad y la gravedad de las complicaciones son específicas al tratamiento del paciente y se deben discutir con el doctor.
¿Qué es un “minitrasplante”?
Un “minitrasplante” (también llamado trasplante sin supresión de médula ósea o trasplante de menor intensidad) es un tipo de trasplante alogénico. Este enfoque se investiga en estudios clínicos para el tratamiento de varios tipos de cáncer, incluyendo leucemia, linfoma, mieloma múltiple y otros cánceres de la sangre.
En un minitrasplante, se administra una dosis reducida y menos tóxica de quimioterapia o de radioterapia para preparar al paciente para un trasplante alogénico. El uso de una dosis reducida de medicamentos anticancerosos y de radiación elimina parte de la médula ósea del paciente aunque no toda. También reduce el número de células cancerosas y suprime el sistema inmune del paciente para evitar el rechazo del trasplante.
A diferencia de los BMT o PBSCT tradicionales, las células tanto del donante como las del paciente pueden coexistir en el cuerpo del paciente por un tiempo después de realizado el minitrasplante. Cuando las células del donante comienzan el prendimiento, pueden causar el efecto injerto contra tumor (GVT) y trabajar contra las células cancerosas que no se eliminaron con los medicamentos anticancerosos ni con la radiación. Para estimular el efecto GVT, se administra al paciente una inyección con glóbulos blancos del donante. Este procedimiento se llama “infusión de linfocitos del donante.”
¿Qué es un “trasplante tándem”?
Un “trasplante tándem” es un tipo de trasplante autólogo que se está estudiando en estudios clínicos para el tratamiento de varios tipos de cáncer, incluso el mieloma múltiple y el cáncer de células germinales. Durante el trasplante tándem, el paciente recibe dos cursos consecutivos de quimioterapia de dosis alta y un trasplante de células madre. Casi siempre el segundo curso de quimioterapia se administra varias semanas o varios meses después de que se haya administrado el primero. Los investigadores esperan que este método pueda evitar la recurrencia del cáncer (que vuelva el cáncer) en el futuro.

El ácido hialurónico

El ácido hialurónico es, junto al colágeno, el otro gran producto de relleno de las arrugas. Es más duradero, provoca menos reacciones alérgicas y contribuye a borrar las arrrugas.

 


¿Qué es?
El ácido hialurónico es una sustancia cristalina y transparente presente sobre todo en la piel, rellenando (junto con otras sustancias) el espacio entre las diversas fibras. Se encuentra en gran cantidad en todos los organismos jóvenes y se va destruyendo con el tiempo. A los 50 años, por ejemplo, sólo nos queda un 50% de nuestro capital de ácido hialurónico.
En medicina estética el ácido hialurónico , se utiliza por medio de infiltraciones para rellenar las arrugas.

El producto que se utiliza es una sustancia de síntesis, biodegradable. Se presenta en forma de gel y se mezcla con el ácido hialurónico de la dermis para devolverle su volumen inicial. Esta técnica también permite que en la piel se relance la síntesis del ácido hialurónico y la del colágeno.

El producto se presenta bajo forma reticulada (densa) o no reticulada (fluida). La primera es más compacta y estable durante un periodo de tiempo más largo: de 6 a 9 meses o más. La versión fluida permite que los efectos se conserven durante 3 meses aproximadamente.

¿En qué consiste la sesión de ácido hialurónico?
Una sesión dura 30 minutos. El ácido hialurónico en gel transparente se inyecta en la piel con la ayuda de una jeringuilla muy fina. Rellena los tejidos bajo la arruga y devuelve a la piel su aspecto liso y natural. A veces, en función de la zona tratada, el especialista puede proceder a una anestesia local.

Los métodos de inyección son los mismos que para el colágeno. El especialista puede efectuar la infiltración bajo el surco guiándose por la geometría de la arruga. La arruga se rellena, y de este modo los tejidos alcanzan el nivel de la piel adyacente a la arruga.

El médico puede optar por hacer varias pequeñas infiltraciones: una sucesión de pequeñas gotas de producto inyectadas bajo la arruga. Pero este método puede provocar que queden pequeños bultitos de producto mal extendidos y que haya ciertas asperezas.

¿Para que tipo de arrugas se recomienda el ácido hialurónico?
- Los surcos nasogenianos.
- Los pliegues peribucales y las comisuras labiales (alrededor de la boca), en la línea de contorno de labios.
- Las arrugas del entrecejo, las patas de gallo.
- Las arrugas horizontales de la frente.

A tener en cuenta
- Puede haber rojeces o edemas después de la intervención, pero desaparecen entre 24 y 48 horas después. Se debe evitar la exposición a temperaturas extremas en los 10 días que siguen a la infiltración.
- Los efectos son inmediatos y no dejan ninguna cicatriz.
- Es uno de los productos de relleno más seguros. Existen pocas contraindicaciones a las infiltraciones de ácido hialurónico salvo en el cado de las enfermedades cutáneas, la diabetes o las enfermedades auto inmunes.
- En ciertos casos, una asociación del ácido hialurónico y de la toxina botulínica (Botox®) ofrece resultados excelentes.
- Ciertas cicatrices pueden ser tratadas por infiltraciones de ácido hialurónico.
- Existen ácidos hialurónicos de origen sintético, es decir sin proteína animal. No es necesario practicar una infiltración de prueba antes de la inyección como en el caso de las infiltraciones de colágeno.
- El efecto es visible durante 3 a 9 meses, a partir de ese tiempo el producto se reabsorbe. La mayoría de los pacientes efectúan una segunda sesión entre 6 y 12 meses después de la primera intervención.
- Antes de realizar la intervención, asegúrate que el médico que lo lleve a cabo tiene la competencia y la experiencia adecuada, y exige el presupuesto de las intervenciones que deseas realizar.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El ácido hialurónico: El secreto de la protección al cancer

El hallazgo abre una nueva vía de tratamiento en Oncología con una sustancia utilizada en estética para rejuvecer rostros 

 

Una de las criaturas más extrañas de la naturaleza, la rata topo desnuda, esconde en su organismo los secretos del cáncer y la longevidad. Ciega, sin pelo y del tamaño de un dedo está dotada por la Naturaleza para vivir durante una prolongada existencia sin asomo de tumores. El motivo de esta extraña protección ha sido hasta la fecha un misterio, pero un grupo de investigadores de la Universidad de Rochester (Estados Unidos) ha dado con la clave. Su secreto se llama ácido hialurónico, una sustancia química utilizada en estética para rejuvenecer rostros y tratar rodillas desgastadas, que está presente en altas concentraciones en los tejidos de las ratas topos. El hallazgo, que podría conducir a nuevos tratamientos contra el cáncer, se publica en el último número de la revista «Nature»
Los tejidos de estos roedores lampiños crean un escudo antitumor gracias a la elevada concentración de ácido hialurónico de alto peso molecular. Los biólogos estadounidenses llegaron a esta conclusión al darse cuenta de que una sustancia pegajosa obstruía las bombas de vacío y otros materiales de laboratorio cuando cultivaban células de ratas-topo. En otros cultivos con células humanas, ratones y conejillos de Indias no aparecía esa viscosidad.

Acumulación en los tejidos

De esa forma, los investigadores identificaron el ácido hialurónico, lo que los llevó a probar su posible papel en la resistencia al cáncer. Al retirar la sustancia química en los cultivos de laboratorio, descubrieron que las células se volvían susceptibles al cáncer. El equipo de Rochester también identificó un gen, llamado HAS2, responsable de la producción del ácido hialurónico en estas ratas desnudas que era diferente al de las otras especies.
Otra característica de estos roedores es que su metabolismo es muy lento para reciclar el ácido hialurónico, lo que contribuye a la acumulación de la sustancia en sus tejidos.

Una sustancia segura

Una vez demostrada su teoría, los científicos quieren demostrar que su hallazgo podría ser útil en un futuro tratamiento contra el cáncer. Su siguiente paso será probar la eficacia de este ácido hialurónico de alto peso molecular en ratones. Si la prueba sale bien, esperan probar el producto químico en las células humanas. «Ya se utiliza en medicina para el tratamiento de diferentes enfermedades y es seguro. Nuestra esperanza es que también pueda inducir una respuesta anticáncer», explica Selua