Cómo controlar este malestar que llega a condicionar la vida de quien lo padece
Cómo controlar este malestar que llega a condicionar la vida de quien lo padece
La sudoración es un fenómeno fisiológico que mantiene la temperatura corporal
eliminando el calor sobrante del cuerpo. En el cuerpo humano este
mecanismo está regulado por el sistema nervioso autónomo y, más
concretamente, por el sistema simpático.
La hiperhidrosis es la secreción excesiva
de sudor, en una cantidad muy por encima de lo requerido para el control
de la temperatura corporal. Puede ser axilar, palmar, plantar,
cráneo-facial, según el lugar del cuerpo donde se produzca.
Hay distintos tipos de hiperhidrosis:
Hiperhidrosis primaria:
existe un inapropiado funcionamiento del sistema simpático. Éste envía
un estímulo exagerado a las glándulas sudoríparas y se produce una
sudoración desmesurada en determinadas zonas del cuerpo.
Hiperhidrosis secundaria: manifestación de otro proceso patológico, como hipertiroidismo, terapia hormonal o disfunción hormonal.
Consecuencias físicas y sociales
La hiperhidrosis es responsable de consecuencias no sólo físicas sino también anímicas.
A estos problemas se une el efecto
psicológico que tiene la hiperhidrosis en la calidad de vida de las
personas que la padecen, afectando a la vida diaria, a la relaciones
sociales, aspecto físico, etc.
La mayoría no consulta al especialista
La prevalencia de la hiperhidrosis se sitúa alrededor del 3% de la población.
De ellos, sólo el 38% ha comentado estos problemas de excesos de sudor con un profesional de la salud.
Se trata de un trastorno que suele
iniciarse en la infancia o pubertad y normalmente dura toda la vida,
aunque la gravedad disminuye hacia los 50 años.
El tratamiento más adecuado es la administración de toxina botulínica, que resuelve el problema.