miércoles, 8 de enero de 2014

Hiperhidrosis: mucho más que un trastorno de sudoración excesiva

Cómo controlar este malestar que llega a condicionar la vida de quien lo padece

 
Cómo controlar este malestar que llega a condicionar la vida de quien lo padece

La sudoración es un fenómeno fisiológico que mantiene la temperatura corporal eliminando el calor sobrante del cuerpo. En el cuerpo humano este mecanismo está regulado por el sistema nervioso autónomo y, más concretamente, por el sistema simpático.

La hiperhidrosis es la secreción excesiva de sudor, en una cantidad muy por encima de lo requerido para el control de la temperatura corporal. Puede ser axilar, palmar, plantar, cráneo-facial, según el lugar del cuerpo donde se produzca.

Hay distintos tipos de hiperhidrosis:

Hiperhidrosis primaria: existe un inapropiado funcionamiento del sistema simpático. Éste envía un estímulo exagerado a las glándulas sudoríparas y se produce una sudoración desmesurada en determinadas zonas del cuerpo.

Hiperhidrosis secundaria: manifestación de otro proceso patológico, como hipertiroidismo, terapia hormonal o disfunción hormonal.

Consecuencias físicas y sociales
La hiperhidrosis es responsable de consecuencias no sólo físicas sino también anímicas.

A estos problemas se une el efecto psicológico que tiene la hiperhidrosis en la calidad de vida de las personas que la padecen, afectando a la vida diaria, a la relaciones sociales, aspecto físico, etc.
La mayoría no consulta al especialista
La prevalencia de la hiperhidrosis se sitúa alrededor del 3% de la población.

De ellos, sólo el 38% ha comentado estos problemas de excesos de sudor con un profesional de la salud.
Se trata de un trastorno que suele iniciarse en la infancia o pubertad y normalmente dura toda la vida, aunque la gravedad disminuye hacia los 50 años.

El tratamiento más adecuado es la administración de toxina botulínica, que resuelve el problema.

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